Ni siquiera ellas tienen cara de saberlo. Crédito, aquí.
En primer lugar, ¿se llaman anguilas eléctricas porque realmente producen electricidad? ¿O son como los peces voladores o las hormigas de fuego, que ni vuelan ni queman?
Vaya si producen. El que no se lo crea, que le pregunte a este cocodrilo de dónde vienen sus espasmos.
Estas anguilas no sólo
son capaces de generar corrientes de hasta 650 voltios, sino que además pueden crear un campo eléctrico débil a su alrededor en el que detectan pequeñas variaciones provocadas por el movimiento de sus presas en el agua y poder así conocer su posición.
Para entender cómo producen la electricidad para hacer estas cosas, hablamos de electrones, para variar.
Como ya hemos explicado alguna vez, una corriente eléctrica es el flujo de electrones entre un punto y otro. Para que se dé este flujo, necesitamos un material en el que sobren electrones y otro en el que falten.
Los electrones siempre buscarán el estado en el que estén en equilibrio, o sea, en el que cada uno tenga su sitio y nadie se moleste entre sí. Por eso, cuando unimos un material repleto de electrones con otro que tiene espacio para acogerlos, los electrones del lugar donde sobran se precipitarán hacia el otro material hasta que todos sus espacios libres queden vacíos, y este flujo es lo que llamamos corriente eléctrica.
Cuando todos los electrones que sobraban han encontrado su sitio, el sistema alcanza el equilibrio y los electrones dejan de circular entre los dos puntos, por lo que se detiene el flujo y con él la corriente eléctrica (esto es lo que pasa realmente cuando unas pilas se agotan).
De una manera parecida, un 80% de la longitud del cuerpo de la anguila está destinada a producir electricidad aprovechando este principio.
Los
electrocitos, unas células especializadas propias de
peces eléctricos,
están alineadas en el interior de tubos a lo largo de su cuerpo.
Una cara de estas células contiene altas concentraciones de iones de sodiocargados positivamente (le faltan electrones)
y la otra cubierta de iones de potasio, cargados negativamente (le sobran) pero, en condiciones normales, entre ellas hay un espacio que impide que los electrones salten de una célula a otra.
Cuando la anguila se siente amenazada o tiene ganas de amenazar, libera una sustancia llamadaacetilcolina que inunda los tubos en los que las células se encuentran. Esta sustancia sí que es buena conductora de la electricidad y permite que los electrones circulen de los lugares donde están abarrotados, a donde faltan, formando así una corriente eléctrica.
Cada célula es capaz de producir sólo unos 0.15 voltios, lo que no parece mucho, pero están todas alineadas en filas de entre 5.000 y 6.000. Esta disposición actúa como si todas las células estuvieran conectadas en serie, así que el voltaje total que la anguila es capaz de producir es la suma del que producen todas los electrocitos.
Y, la pregunta del siglo, ¿Puede una anguila eléctrica matar a un ser humano?
La cifra de 650 voltios puede asustarnos en un principio, pero el voltaje no ayuda demasiado a la hora de mandar gente al otro barrio. Como ejemplo,
sólo muere el 10% de la gente que es alcanzada por un rayo, y eso que
suelen rondar los millones de voltios.
Mientras que el voltaje viene a representar la "velocidad" de una descarga eléctrica, hay otra propiedad, la corriente, que representa "la cantidad" de electrones que está circulando. Este es el factor importante a la hora de matar a alguien: la cantidad de electrones, por decirlo de alguna manera, que atraviesan tu cuerpo.
Para detener un corazón humano, basta con una corriente de unos 10 miliamperios. Las descargas de las anguilas eléctricas
producen una corriente de hasta 1 amperio, 100 veces la cifra necesaria para freírnos.
Por suerte, una descarga eléctrica no tiene que pasar necesariamente a través del corazón así que, si os encontráis una anguila eléctrica, desde Ciencia de Sofá recomendamos:
1) No abrazarla.
2) No tumbarse sobre ella.
3) No cogerla por los dos extremos al mismo tiempo.
4) No unir sus dos extremos (¿cortocircuito?).
Las tres primeras las seguiré a rajatabla, pero la 4 me has dejado más intrigado que asustado.